jueves, 29 de agosto de 2013

LLENAR UNA HOJA EN BLANCO ES FACIL








Llenar una hoja en blanco es facil
Con cualquier cosa
Lo que se te caiga encima,
Hacer que lo que caiga sobre la hoja en blanco tenga sentido
Es complicado.
Es complicado.
Muy complicado.
Bueno asi son las relaciones, cuando comienzan.
Es difícil en la vida, hacer que conecte la cabeza con el cuerpo,
Con el lugar.
Me encantaria estar escribiendo esto en otro lugar,
Pero estoy aca,
Y desde aca,
Desde el ocaso de mi imaginación,
En el presipicio de mi paciencia
A punto de largarme al vacio,
Te escribo porque:
Porque soy tan egoista que lo necesito, y estoy tan loca que no me lo puedo reprimir,
Porque nunca aprendi a esperar, porque esperar es una tortura,
porque hablar me duele, porque nunca aprendi a hablar,
como nunca entendi muy bien de que se tratan las relaciones, son como hojas en blanco,
pero que jodido se vuelve después, no es que no vea las cosas buenas, es que algunas relaciones son tan jodidamente hermosas que me da miedo agarrarlas fuerte por miedo a que se rompan,
porque tengo una maldita vision de la vida, una maldita e intensa forma de tomarme las cosas, porque amo la vida, y por eso mas de una vez me quiero morir,
porque a veces no entiendo las señales, porque mas de una vez las mal interpreto,
porque soy torpe,
porque soy un poco tonta,
porque soy un poco sorda, un poco ciega, y mejor ni te cuento lo muda que me vuelvo a la hora de hablar.
Y aca estoy ,soltando cualquier cosa sobre una hoja en blanco, porque algo aprendi,
No se puede soltar cualquier cosa sobre una relacion, porque una relacion es una relacion y no una hoja en blanco, y si
Al principio dije que las relaciones eran como hojas en blanco, bueno ves?
Encima de todo soy mentirosa, y como mentir me sale mal, al segundo me contradigo.
Porque te amo.

Por eso escribo, porque te amo.




(Catarsis de una pelotuda casi inteligente)


SOY TRANSGENICA








...

En algún lugar seguro esta escondido todo eso que necesitamos al instante,

Por eso mejor dejar de buscarlo,

Ya se va a cansar y va a salir solo, Porque la grandeza solo aparece cuando nadie la llama.

Y así, y así, podría nombrar tantas cosas.



Y así parece que las cosas van a ser con vos, 

Solo vas a venir cuando no te llame,

Y solo vas a llamar cuando ya no me importe,

Y solo me vas a amar cuando ame a otro,

Y solo vas a golpear mi puerta, cuando me haya mudado de país.

De cuerpo, de piel, de cabeza, de planeta.



Hurra hurra, 

La borracha ya se despertó,

Y siempre es demasiado temprano,

Siempre esta amaneciendo.

Si las paredes hablaran ya me habrían dado una mano,

Es tan enfermo estar sobrio en un mundo tan enfermo.

No quiero hablar de eso.

Mi cerebro ya es transgenico.

Mi transpiración también,




Soy transgénica.













(Catarsis de una Pelotuda casi inteligente)

viernes, 23 de agosto de 2013

SI NADA NOS SALVA DE LA MUERTE





DEL ADIOS





No se dice.

Acude a nuestros ojos.

a nuestras manos, tiembla, se resiste.

Dices que esperas -te esperas- desde entonces,

y sabes que el adiós es inútil y triste.







Jaime Sabines

ESPERO CURARME DE TI





Espero curarme de ti en unos días. Debo dejar de fumarte, de beberte, de pensarte. Es posible. siguiendo las prescripciones de la moral de turno. Me receto tiempo, abstinencia, soledad.


¿Te parece bien que te quiera nada mas una semana? No es mucho, ni es poco, es bastante. En una semana se puede reunir todas las palabras de amor que se han pronunciado sobre la tierra y se les puede prender fuego. Te voy a calentar con esa hoguera del amor quemado. Y tambien el silencio. Porque las mejores palabras de amor estan entre dos gentes que no se dicen nada.


Hay que quemar tambien ese otro lenguaje lateral y subversivo del que ama. ( Tu sabes como te digo que te quiero cuando digo: "que calor que hace", "dame agua", "¿sabes manejar?".. Entre las gentes, a un lado de tus gentes y las mias, te he dicho "ya es tarde", y tu sabias que te decia "te quiero".)


Una semana mas para reunir todo el amor del tiempo. Para dartelo. Para que hagas con el lo que tu quieras: guardarlo, acariciarlo, tirarlo a la basura. No sirve, es cierto. Solo quiero una semana para entender las cosas. Porque esto es muy parecido a estar saliendo de un manicomio para entrar a un panteón.






Jaime Sabines

 

A MEDIANOCHE







A medianoche, a punto de terminar agosto, pienso con tristeza en las hojas que caen de los calendarios
incesantemente. Me siento el árbol de los calendarios.

Cada día, hijo mio, que se va para siempre, me deja preguntándome: si es huérfano el que pierde un padre, si es viudo el que ha perdido la esposa, ¿como se llama el que pierde un hijo?, ¿como, el que pierde el tiempo? Y si yo mismo soy el tiempo, ¿como he de llamarme, si me pierdo a mi mismo?

El día y la noche, no el lunes ni el marte, ni agosto ni septiembre; el día y la noche son la única medida de nuestra duración. Existir es durar, abrir los de ojos y cerrarlos.

A estas horas, todas las noches, para siempre, yo soy el que ha perdido el día. (Aunque sienta que, igual que sube la fruta por las ramas del durazno, esta subiendo, en el corazón de estas horas, el amanecer.)





Jaime Sabines

23 de Agosto..



AUTONECROLOGIA (VI)







El mediodía en la calle, atropellando ángeles,

violento, desgarbado;

gentes envenenadas lentamente

por el trabajo, el aire, los motores;

arboles empeñados en recoger su sombra,

ríos domesticados, panteones y jardines

transmitiendo programas musicales.

¿cual hormiga soy yo de estas que piso?

¿que palabras en vuelo me levantan?




"Lo mejor de la escuela es el recreo",

dice judit, y pienso:

¿cuando la vida me dará un recreo?

¡carajo! Estoy cansado. Necesito

morirme siquiera una semana.








Jaime Sabines

miércoles, 7 de agosto de 2013

EN QUE LUGAR












"¿En qué lugar, en dónde, a qué deshoras


me dirás que te amo? Esto es urgente


porque la eternidad se nos acaba..."









Jaime Sabines

AMOR MIO, MI AMOR, AMOR HALLADO









Amor mío, mi amor, amor hallado
de pronto en la ostra de la muerte. 
Quiero comer contigo, estar, amar contigo, 
quiero tocarte, verte. 

Me lo digo, lo dicen en mi cuerpo
los hilos de mi sangre acostumbrada, 
lo dice este dolor y mis zapatos 
y mi boca y mi almohada. 

Te quiero, amor, amor absurdamente,
tontamente, perdido, iluminado, 
soñando rosas e inventando estrellas 
y diciéndote adiós yendo a tu lado. 

Te quiero desde el poste de la esquina,
desde la alfombra de ese cuarto a solas, 
en las sábanas tibias de tu cuerpo 
donde se duerme un agua de amapolas. 

Cabellera del aire desvelado,
río de noche, platanar oscuro, 
colmena ciega, amor desenterrado, 
voy a seguir tus pasos hacia arriba,
de tus pies a tu muslo y tu costado. 








Jaime Sabines


NO ES QUE MUERA DE AMOR, MUERO DE TI












No es que muera de amor, muero de ti.

Muero de ti, amor, de amor de ti,
de urgencia mía de mi piel de ti,
de mi alma, de ti y de mi boca
y del insoportable que yo soy sin ti. 

Muero de ti y de mi, muero de ambos,
de nosotros, de ese,
desgarrado, partido,
me muero, te muero, lo morimos.

Morimos en mi cuarto en que estoy solo,
en mi cama en que faltas,
en la calle donde mi brazo va vacío,
en el cine y los parques, los tranvías,
los lugares donde mi hombro 
acostumbra tu cabeza 
y mi mano tu mano 
y todo yo te sé como yo mismo. 

Morimos en el sitio que le he prestado al aire
para que estés fuera de mí,
y en el lugar en que el aire se acaba
cuando te echo mi piel encima
y nos conocemos en nosotros, 
separados del mundo, dichosa, penetrada, 
y cierto , interminable. 

Morimos, lo sabemos, lo ignoran, nos morimos
entre los dos, ahora, separados,
del uno al otro, diariamente,
cayéndonos en múltiples estatuas,
en gestos que no vemos, 
en nuestras manos que nos necesitan. 

Nos morimos, amor, muero en tu vientre
que no muerdo ni beso,
en tus muslos dulcísimos y vivos,
en tu carne sin fin, muero de máscaras,
de triángulos oscuros e incesantes. 
Muero de mi cuerpo y de tu cuerpo, 
de nuestra muerte ,amor, muero, morimos. 


En el pozo de amor a todas horas, 
inconsolable, a gritos, 
dentro de mi, quiero decir, te llamo, 
te llaman los que nacen, los que vienen 
de atrás, de ti, los que a ti llegan. 

Nos morimos, amor, y nada hacemos 
sino morirnos más, hora tras hora, 
y escribirnos y hablarnos y morirnos.





Jaime Sabines

HE AQUI QUE TU ESTAS SOLA Y QUE YO ESTOY SOLO










He aquí que tú estás sola y que estoy solo.

Haces tus cosas diariamente y piensas
y yo pienso y recuerdo y estoy solo.

A la misma hora nos recordamos algo
y nos sufrimos. Como una droga mía y tuya
somos, y una locura celular nos recorre
y una sangre rebelde y sin cansancio. 

Se me va a hacer llagas este cuerpo solo, 
se me caerá la carne trozo a trozo. 

Esto es lejía y muerte. 

El corrosivo estar, el malestar 
muriendo es nuestra muerte. 

Ya no sé dónde estás. Yo ya he olvidado
quién eres, dónde estás, cómo te llamas.

Yo soy sólo una parte, sólo un brazo,
una mitad apenas, sólo un brazo.

Te recuerdo en mi boca y en mis manos.

Con mi lengua y mis ojos y mis manos
te sé, sabes a amor, a dulce amor, a carne, 
a siembra , a flor, hueles a amor, a ti, 
hueles a sal, sabes a sal, amor y a mí. 

En mis labios te sé, te reconozco, 
y giras y eres y miras incansable 
y toda tú me suenas 
dentro del corazón como mi sangre. 

Te digo que estoy solo y que me faltas.
 
Nos faltamos, amor, y nos morimos 
y nada haremos ya sino morirnos. 

Esto lo sé, amor, esto sabemos. 

Hoy y mañana, así, y cuando estemos 
en nuestros brazos simples y cansados, 
me faltarás, amor, nos faltaremos.







Jaime Sabines

EL LLANTO FRACASADO










Roto, casi ciego, rabioso, aniquilado,

hueco como un tambor al que golpea la vida,

sin nadie pero solo,

respondiendo las mismas palabras para las mismas

cosas siempre,

muriendo absurdamente, llorando como niña, asqueado.
He aquí éste que queda, el que me queda todavía.
Háblenle de esperanza,
díganle lo que saben ustedes, lo que ignoran,
una palabra de alegría, otra de amor, que sueñe.



Todos los animales sobre la tierra duermen.

Sólo el hombre no duerme.

¿Han visto ustedes un gesto de ternura en el rostro de

un loco dormido?

¿Han visto un perro soñando con gaviotas?
¿Qué han visto?



Nadie sino el hombre pudo inventar el suicidio.

Las piedras mueren de muerte natural.

El agua no muere.

Sólo el hombre pudo inventar para el día la noche,

el hambre para el pan,
las rosas para la poesía.



Mortalmente triste sólo he visto a un gato, un día,

agonizando.

Yo no tengo la culpa de mis manos: es ella.

Pero no fue escrito:

Te faltará una mujer para cada día de amor.


Andarás, te dijeron, de un sitio a otro de la muerte

buscándote.

La vida no es fácil.

Es más fácil llorar, arrepentirse.



En Dios descansa el hombre.

Pero mi corazón no descansa,

no descansa mi muerte,

el día y la noche no descansan.



Diariamente se levantan los montes, el cielo se ilumina

el mar sube hacia el mar

los árboles llegan hasta los pájaros.

Sólo yo no me alumbro, no me levanto.



Háblenle de tragedias a un pescado.

A mí no me hagan caso.

Yo me río de ustedes que piensan que soy triste

como si la soledad o mi zapato

me apretaran el alma.


La yugular es la vena de la mujer.

Allí recibe al hombre.

Las mujeres se abren bajo el peso del hombre

como el mar bajo un muerto,

lo sepultan, lo envuelven,
lo incrustan en ovarios interminables,
lo hacen hijos e hijos…
Ellas quedan de pie,
paren de pie, esperando.



No me digan ustedes en dónde están mis ojos,

pregunten hacia dónde va mi corazón.



Les dejaré una cosa el día último,

la cosa más inútil y más amada de mí mismo,

la que soy yo y se mueve, inmóvil para entonces,

rota definitivamente.

Pero les dejaré también una palabra,
la que no he dicho aquí, inútil, amada.



Ahora vuelve el sol a dejarnos.

La tarde se cansa, descansa sobre el suelo, envejece.

Trenes distantes, voces, hasta campanas suenan.

Nada ha pasado.







Jaime Sabines

CUANDO ESTUVE EN EL MAR ERA MARINO













Cuando estuve en el mar era marino
este dolor sin prisas.

Dame ahora tu boca:
me la quiero comer con tu sonrisa.

Cuando estuve en el cielo era celeste
este dolor urgente.

Dame ahora tu alma:
quiero clavarle el diente.

No me des nada, amor, no me des nada:
yo te tomo en el viento,
te tomo del arroyo de la sombra,
del giro de la luz y del silencio,
de la piel de las cosas
y de la sangre con que subo al tiempo.

Tú eres un surtidor aunque no quieras
y yo soy el sediento.

No me hables, si quieres, no me toques,
no me conozcas más, yo ya no existo.

Yo soy sólo la vida que te acosa
y tú eres la muerte que resisto.









Jaime Sabines

El DIA




Amanecí sin ella.

Apenas si se mueve.

Recuerda.

(Mis ojos, mas delgados, la sueñan.)


¿Qué fácil es la ausencia?


En las hojas del tiempo
esa gota del día
resbala, tiembla.



BOCA DE LLANTO ME LLAMAN







Boca de llanto, me llaman

tus pupilas negras,
me reclaman. Tus labios
sin ti me besan.
¡Cómo has podido tener 
la misma mirada negra 
con esos ojos 
que ahora llevas! 

Sonreíste. ¡Qué silencio,
qué falta de fiesta! 
¡Cómo me puse a buscarte
en tu sonrisa, cabeza 
de tierra, 
labios de tristeza! 

No lloras, no llorarías
aunque quisieras;
tienes el rostro apagado
de las ciegas. 

Puedes reír. Yo te dejo
reír, aunque no puedas.









Jaime Sabines